viernes, 30 de mayo de 2014

Agustín Blanco Muñoz: ¿Tumbarán esta dictadura revolucionaria?

En diferentes escenarios hemos aludido a algo muy concreto: el esfuerzo cuando no logra su objetivo, cansa.

Y este cansancio se multiplica cuando se observa la angustia y desesperación que hace acto de presencia  por todas partes, sin que eso sirva para que la gente despierte a la inquietud de averiguar  sobre la lógica  que rige el acontecer que le afecta.

Lo que prevalece, más allá de cualquier razonamiento, es la necesidad que siente esta gente de acabar ya, lo antes posible, con el régimen establecido hoy en este expaís.

Este universo no tiene mayor interés en averiguar qué rige la política de este tiempo y la realidad que sobrevive. Por ello está estacionado en la confusión y sólo atiende a cuanto llamado se hace para derrotar al régimen.

Para cumplir con ese cometido, las fuerzas opositoras partidistas e independientes prefieren ignorar lo que el propio Chávez anunció tantas veces: venimos a destruir lo existente para que nazca un nuevo orden.

Y se quejaba porque lo que tenía que desaparecer no terminaba de irse y lo que tenía que nacer no terminaba de llegar. En ABM, Habla el Comandante (1998), el asunto está tratado en extenso.

Prefieren creer estos opositores que el permanente anuncio de revolución forma parte de la retórica del régimen. No importa que se anuncie un "Plan de la Patria" que establece el "imperio de las comunas" y crea poderes que se pondrán por encima de los existentes, hasta destruirlos y sustituirlos.

Estos opositores prefieren hacerse la ilusión de que la tal revolución, no ha podido ni podrá acabar con la democracia puntofijista que prevaleció por 40 años.

En esta dirección nos conseguimos con que esta "fuerza democrática", aún cree que puede acabar con esta revolución por la vía electoral, dado que la mayoría de la oposición-MUD no está de acuerdo con promover violencia y la propia fracción que lanzó el grito de "Salida Ya" el 12F-14, a esta hora, desinflados sus planes iniciales, festeja los triunfos electorales en San Cristóbal o San Diego.

De nada vale decir hasta la saciedad que esta revolución, por definición, es una dictadura, una imposición, una forma de ejercer la violencia, de aplastar todo gesto disidente, todo aquello que no encuadre  en sus propósitos.

Estos opositores siguen leyendo la dictadura como una expresión de democracia y libertad.

No importa  que la dictadura tenga secuestrados todos los poderes y que cuanto ocurra en esta revolución sea una simple extensión de la cubana y que su esquema de destrucción y perversión se siga hoy aquí en Venecuba, donde  la piedra, el disparo y la letra cumplen su cometido.

Las oposiciones entienden así que lo único que pueden hacer es esperar a que la revolución rectifique y permita el libre juego democrático.

En el fondo hay dos cosas importantes: para esta oposición está claro que no puede competir con la violencia de un régimen militar-civil y, en consecuencia, que sólo puede cumplir con el papel de una oposición necesaria y oficial que está condenada al juego electoral para contribuir a mantener el orden vigente por la vía del fraude-trampa.

Y ante este círculo de la violencia y el electoralismo a favor de la dictadura revolucionaria, hemos hecho la proposición del Movimiento de Movimientos (MdM), que implica la organización de la fuerza social para hacer frente pacífica y democráticamente al monstruo revolucionario y a su respectivo cómplice.

Esta propuesta implica a todo aquel que asuma la condición de ciudadano y sea impelido a entrar en acción para cumplir con la misión de agente de la historia.

Es la hora de conformar una realidad sin caudillos sino con una organización de múltiples movimientos que se articulan en un red de acción para estudiar una situación e incidir políticamente sobre la misma, con miras a crear las condiciones para la toma del poder -democrática y pacíficamente- por parte del colectivo organizado y consciente.

Pero buena parte de las críticas que se nos hace es que esto sería muy bueno pero que es muy lento. La desesperación quiere resultados ya. Y no advierten que ya no está planteada aquí la posibilidad del simple cambio de un  equipo humano por otro.

La revolución debe ser enfrentada o por la violencia abierta y producir la gran mortandad, o por la vía de la fuerza social consciente, organizada y pacífica.

Admitimos que proponemos una política que implica la formación de un nuevo ciudadano-agente de la historia y que esto lleva tiempo.

La historia horizontal, apartada de la verticalidad autoritaria, caudillista y violenta no puede ir de ya a ya. La otra historia pone el acento en un hacer, una conciencia y una organización diferentes.

Aquí no se trata de buscar un nuevo caudillo ni alguien que se ponga al frente de este Movimiento. O todos los interesados asumen su responsabilidad individual y colectiva, o volveremos a ser utilizados y violentados.

Y cuando referimos el cansancio -insistimos- es porque nuestras oposiciones pretenden seguir dándole aval a esta dictadura revolucionaria que está muy por encima de la caudillista-gomecista, perezjimenista o supuestamente democrática de los 40 años.

Ahora estamos ante una dictadura que ha venido a revolucionar y superar todas las precedentes en su capacidad de destrucción, capacidad de persecución-cárcel-tortura-asesinato-  violación de los DDHH.

Y frente a este monstruo no se puede levantar la bandera de la misma guerra sino la otra: la que empuña la fuerza social que muestra y ejecuta, al fin su decisión de ser dueña de su propia historia.

Hacemos aún el esfuerzo por vender esta mercancía. Pero no ocultamos nuestro cansancio, al menos para seguir promoviendo lo que muchos no quieren escuchar: esta llamada revolución sólo podrá ser derrotada por la fuerza social. Y de no activarse, ésta cada día estará más fortalecida en su capacidad destructora y criminal.

La revolución progenitora ya alcanza los 55 años. La hija apenas llega a los 15. Cada día entrará más en sociedad. Dictatorial y perversamente. ¿Hasta cuándo durará este aplastamiento de los monstruos y sus cómplices? ¡Qué historia amigos!

@ablancomunoz

abm333@gmail.com



¿Tumbarán esta dictadura revolucionaria?
Agustín Blanco Muñoz
El Universal. Caracas, 30 de mayo de 2014