domingo, 6 de abril de 2014

Carlos A. Romero: ¿Y La Habana?

¿Y La Habana?

CARLOS ROMERO
El Universal. Caracas 6 de abril de 2014

La repulsa popular ante la injerencia antillana crece cada día más

No es la primera vez que Cuba observa una crisis en un cercano aliado en América Latina y el Caribe, pero nuestra situación es la que presenta mayores dimensiones, por el tiempo transcurrido y por la profundización de esos vínculos. Se trata de unas relaciones que se perjudicarían bastante si hay un cambio en nuestro país. La Habana no quiere perder lo logrado con Caracas. ¡Y no es para menos! De hecho, su experiencia con sus "protectorados" no ha sido del todo satisfactoria. Cuba apostó por tres gobiernos en situaciones difíciles: Chile bajo la Unidad Popular de Salvador Allende (1970-1973); el New Jewel en Granada bajo el liderazgo de Maurice Bishop (1979-1983) y la Revolución Sandinista en Nicaragua (1979-1990).

Cuba desarrolló unas relaciones políticas ideológicas y económicas muy estrechas con cada uno de esos procesos, pero no pudo evitar su derrota: el primero, por un golpe militar (analizado a fondo por Joan Garcés); el segundo, por la división del liderazgo revolucionario que generó un vacío de poder y la posterior invasión de Estados Unidos (estudiadas por Gordon K. Lewis); y el tercero, por una derrota electoral (narrada en forma magistral por Sergio Ramírez).

Los cubanos aspiran a que eso no se repita en Venezuela. De Chile, toman la lección de que la Fuerza Armada debe ser controlada y socializada a favor del régimen. De Granada, que no se deben estimular las fracciones internas en el liderazgo. De Nicaragua, que se deben evitar unas elecciones que se celebren dentro de un entorno adverso.

El gobierno cubano ha apoyado abiertamente al presidente Maduro estimulando la unidad del movimiento revolucionario, profundizando la cooperación militar, alentando la tesis de no convocar a elecciones libres y buscando un sólido apoyo internacional para el chavismo. Pero estas tareas no son tan fáciles de cumplir. En Venezuela se olfatea un destino mejor, la repulsa popular ante la injerencia antillana crece cada día más y el modelo de los Castro languidece.

romecan53@hotmail.com