Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, ha permanecido durante un año y medio detenido en la prisión militar de Ramo Verde acusado de ser el responsable de los hechos de violencia ocurridos durante una marcha contra el Gobierno de Nicolás Maduro, que culminó con tres muertos, decenas de heridos y destrozos en la sede de la Fiscalía de Venezuela.
En un acto de valentía, el joven líder de la oposición venezolana se entregó a las autoridades tras ser acusado de los delitos de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad e incendio.
Su juicio ha estado marcado por las irregularidades, falta de pruebas convincentes por parte del Gobierno chavista y limitaciones impuestas al equipo de su defensa.
López es, aunque Maduro y los voceros del chavismo se nieguen a reconocerlo, un preso político y, como tal, sus derechos deberían ser respetados por un Gobierno que todavía se dice democrático y basado en el respeto a los ciudadanos.
Entre esos derechos universalmente reconocidos están un trato justo por parte de las autoridades, visitas familiares, cuidados médicos y la posibilidad de recibir información y expresar opiniones desde su celda.
“Encontrándose Venezuela enrumbada hacia un proceso electoral de singular importancia y siendo el señor López el líder fundamental de uno de los partidos políticos (…) participantes en dichos comicios, son de interés tanto para nuestros lectores como para la opinión pública de DIARIO LAS AMÉRICAS obtener sus impresiones al respecto”, expresa una carta enviada por nuestro rotativo al presidente Maduro y a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz.
En una verdadera democracia, las palabras de los opositores no se tratan de acallar con la cárcel y la prensa, libre de presiones, tiene acceso a quienes se oponen a quienes se aferran al poder.
Diario Las Américas
Editorial
La entrevista a Leopoldo
Diario Las Américas. Miami, 12 de agosto de 2015