Sr. Jorge Giordani:
Escribo bravo. Pero no bravo normal. No. ¡Arrecho!
Fui a un automercado para ver qué conseguía. Al entrar, me entregaron una bolsa:
—¿Y esto qué es?
—¡No pregunte y agarre!
Al minuto, decenas de personas se peleaban por aquella bolsa que tenía dos jabones y un acondicionador. ¡Me sentí humillado como todos los venezolanos! Me sentí como sobreviviente de un campo de concentración, y fue allí cuando me acordé de usted. ¡Sí!, de usted, Giordani, porque, por su culpa, los venezolanos estamos inmersos en este vergonzoso e irreal desastre.
Sr. Giordani, le recuerdo su cargo hasta el 17 de junio del año 2014: ministro de Planificación y Desarrollo. Usted planificó y desarrolló la ruina de Venezuela. Usted fue el principal asesor económico del eterno destructor. Qué lástima que el pajarito infernal falleció, él debió presenciar el desastre al que nos arrastró.
Por su culpa, Sr. Giordani, Venezuela dilapidó 900.000.000.000 de dólares. ¿Qué hicieron con cifra tan inimaginable?
Sr. Giordani, las monstruosas colas que venezolanos, resignados y vejados, hacen, ¡son su culpa! Es usted culpable de lo que hoy, indignado, denuncia como si no hubiera tenido nada que ver.
Por su culpa, Giordani, en mi casa solo quedan 2 rollos de papel tualé y medio kilo de café. Por su culpa, Giordani, el otro día, en la madrugada, recorrí 10 farmacias para conseguir una inyectadora. Esta ignominia la están padeciendo todos los venezolanos.
Me enfurece recordar al innombrable, en fastidiosas, interminables y destructoras peroratas, con usted a su lado, con su carita de mosquita muerta apoyando aquella locura que destruía y desangraba nuestro bello país. Es que, Sr. Giordani, no puedo entender su hipocresía cuando hoy denuncia lo que usted planificó y ejecutó.
Por su culpa, Giordani, las madres más pobres de Venezuela deben utilizar bolsas plásticas porque no tienen pañales para sus hijos. ¿Eso no le da remordimiento? ¿No se siente aunque sea un poquitico culpable? ¡No se haga el loco Giordani! Ud. sabía que comunismo es ruina, por eso, es usted uno de los principales culpables.
La gira que piensa hacer con el exministro Héctor Navarro (mosquita muerta también), para explicar la crisis, deberían hacerla de rodillas y dándose latigazos.
Es tarde para arrepentirse del daño hecho. Quédese con sus camaradas, que algún día ustedes les harán compañía a quienes, por haber destruido un país, ahora habitan en el infierno
Claudio Nazoa
Giordani, por su culpa, por su culpa, por su grandísima culpa
El Nacional. Caracas, 9 de febrero de 2015