La Constitución de 1999 murió antes de nacer. Luego de seis meses de debates, se propone al pueblo y éste aprueba una Constitución que establece mecanismos blindados para garantizar la imparcialidad de los magistrados del Tribunal Supremo, del Fiscal, Contralor y Defensor del Pueblo. El 15 de diciembre el texto se aprueba en referendo, y ya el 27 la moribunda Asamblea Constituyente dicta la verdadera Constitución, entre gallos y a medianoche: el pomposamente llamado "Régimen Transitorio del Poder Público", lo que en realidad fue el nombramiento brutal y sin aviso de todos los magistrados del TSJ, del Contralor, Fiscal y Defensor del Pueblo.
Fieles a su misión, estos funcionarios le dieron la razón al Gobierno siempre y sin excepción, y luego demostraron su imparcialidad al pasar sin descanso a ser, por ejemplo, diputado del PSUV o Procurador General. Cuando la Sala Electoral se rebela una solita vez en el caso evidente de las firmas planas, en el revocatorio del 2004, los fieles funcionarios de la Sala Constitucional le sirven la mesa al Gobierno anulando todo lo decidido.
Estos fieles funcionarios designados a dedo mantuvieron un récord impecable al asegurar además el nombramiento de sucesores aún más comprometidos con Chávez. Respaldaron desde la modificación de la ley del TSJ que colonizó lo que aún le quedaba de independencia (2004), hasta lograr que noventa diputados sean las tres quintas partes de la Asamblea aunque la matemática dijera otra cosa, a punta de desengavetar antejuicios y expulsar diputadas (2014), pasando por acabar con la descentralización quitándoles todo a los gobernadores y alcaldes de oposición (2008), entre otras joyitas. Por no hablar de asfixiar todas las universidades nacionales al prohibirles las elecciones (2011), o decir que el presidente de la República mismo es quien decide si está en condiciones de salud para gobernar (2012).
Si el umpire canta buenos todos los lanzamientos, ¿qué importa la zona de strike? ¿Para qué celebrar las supuestas maravillas de un texto que siempre y en todos los casos le da la razón al poder, hasta en las matemáticas (plazos, mayorías, límites)? Venezuela no tiene Constitución porque los poderosos siempre ganan.
Quince años de una Constitución inútil.
@glinaresbenzo
Gustavo Linares Benzo
La Constitución inútil
El Universal. Caracas, 13 de diciembre de 2014