Al retratarse tan sonreído con Fidel Castro Maduro puso las cartas sobre la mesa, ¡déjense de pendejadas, esto no cambia, otra vez les tomamos el pelo!, ¡Estaban esperando un plan de ajuste! ¡Infelices! Hasta nos daban consejos, juraban que una comisión del FMI nos asesoraba.
Nicolás Maduro es Nicolás Maduro, un líder sin las habilidades de Chávez, pero que usa los mismos procedimientos para mantenerse en el poder. Crear ilusiones en el país opositor y al final tratar de imponerse con un plan de regalos. ¿Cuál será el Dakazo para las elecciones? Chávez metía la mano en el Banco Central, la originalidad de Maduro, el Dakazo, fue meterla en los bolsillos de otros, los comerciantes. Maduro prepara un segundo Dakazo, solo que el cántaro amenaza con romperse, aunque cuente con la ayuda del sector de la oposición que sigue enamorado de los atajos y que se olvida de la Asamblea, de los venezolanos que sueñan con salir de abajo sin tanto trabajo, los que creyeron que si no votaban derrocarían a Chávez, o que después de un triunfo electoral Maduro renunciaría si se lo pedían en la calle: lograron la salida de Aveledo y 40 muertos.
En estos días mentes brillantes de la oposición se han ilusionado con el plan de ajustes de Maduro. Dicen que Ramírez cuenta con un grupo de economistas, Maduro les tomó el pelo.
El plan es el de siempre: olvidarse de la economía y gastar plata en sus electores. Maduro muy sonriente se reúne con Fidel Castro, la revolución terminó en manos de un viejito y de Maduro. Hasta Alí Rodríguez se prestó a la comedia, habló como si el no fuera de los grandes responsarles de este desbarajuste.
El plan es devaluar, sacar más bolívares de cada dólar. Ya Venezuela vivió una crisis cuando bajó el precio del petróleo, no alcanzaban los bolívares. Chávez no cambió de rumbo y el dólar se devaluó 100%, paso de 2 por bolívar a 6. Ahora harán lo mismo, están pasando productos del Sicad I al Sicad II. Ramírez nos sigue engatusando, ¡para fines ese año habrá solo dos tipos de cambio! Nos siembran la ilusión de que desaparecerá el envió de combustibles y alimentos hacia Colombia, y quizá lo logren unos días pero con una diferencia de precios de 1.000 a 1, seguirán corrompiéndose los que supuestamente deben impedirlo.
Nada cambiará, continuará avanzando este régimen con apariencias democráticas que paulatinamente controla el país pero que no quiere acabar con todo el sector privado
¿Cuál será el nuevo Dakazo? ¿Encontrará a una oposición unida? Una oposición que gane las elecciones abrumadoramente, cueste lo que cueste.
Maduro dice: “Tenemos que ponernos las pilas porque hay que acelerar la revolución frente a las amenazas imperiales, no podemos aceptar amenazas ni sanciones del imperio estadounidense, vamos a acelerar y a radicalizar la revolución, no estamos jugando”.
El cambio de ministros aumentará el control de Maduro, purgará a sus disidentes. “Las diferencias hay que tratarlas dentro de la hermandad revolucionaria. Hay que renovar todo, desde abajo hasta arriba, todo renovado”. Ese es el gran sacudón.
No dialogará con la oposición. ¿Para qué?
“Nosotros nunca nos hemos negado a conversar, a lo que sí nos es a claudicar. No llegaremos a ningún acuerdo o pacto, que represente vender nuestra revolución. No crearemos ningún Gobierno de coalición, ni con la iglesia, ni con la oposición”.
En el horizonte solo hay una salida, las elecciones que quizá se celebren antes de la fecha prevista si el país revienta. Si Maduro se convence de que las perderá buscará no celebrarlas.
Nunca está mas oscuro que cuando no va a amanecer.
Otra cosa, el Dakazo 2 será un fracaso.
Fausto Maso
Dakazo en el horizonte
El Nacional. 23 de agosto de 2014