Casi todas las grandes obras públicas están paralizadas, semiparalizadas, severamente retrasadas o jamás avanzaron en su construcción tras rimbombantes anuncios y “piedras fundacionales”. La hidroeléctrica Tocoma. El ferrocarril de Puerto Cabello a Guayana. El III Puente sobre el Orinoco. El II puente sobre el lago de Maracaibo. La Ciudad del Acero. La Ciudad del Aluminio. La Termoeléctrica de Sucre. Y docenas más. Además de la improvisación en algunos de los proyectos y la indolencia casi total en las decisiones políticas, la otra causa principal es… ¡no hay dinero! El gobierno adeuda decenas de miles de millones de dólares y/o bolívares en cantidades que cuesta escribirlas. Son muy pocas las que han avanzado estos 15 años. Y hay que sumar centenares de obras públicas de magnitudes medias en semejante situación de abandono o semiabandono como hospitales, escuelas, carreteras, industrias medianas, sistemas de transmisión y/o distribución de gas o emergía eléctrica. En todas las regiones hay una lista.
¿Dónde están los reales? Aquella pregunta-denuncia de campaña política de finales de los años 70, nunca tuvo más vigencia que hoy. ¿Qué hizo la robo-lución con el billón y medio de dólares de ingresos? Porque, ya sabemos, casi todas las empresas estatales están en ruinas, destrozadas en su capacidad de producción. Porque la deuda externa de la nación -sumando la del gobierno central, la de Pdvsa, la de los entes descentralizados y la que el Estado le adeuda a cientos de proveedores externos y/o a empresas privadas productoras- no es menor a 250 mil millones de dólares, cuando en 1998 era de 30 mil millones de dólares.
Hipotecados. Es decir, estamos gravemente hipotecados. Buena parte de la deuda, además, está comprometida en pago con petróleo y otras materias primas a futuro. Triple hipoteca que pagarán con sudor y lágrimas nuestros nietos. La colosal deuda con China, contratada mediante “negocios” muy dudosos, se pagará con materias primas baratas y compras de sus productos en desmedro de la producción nacional. Para colmo, Pdvsa, severamente deteriorada, produce menos y está hipotecándose con las grandes transnacionales de EE UU, de Rusia, China, India, España, para medio reflotar.
“Sí, pero la revolución ha hecho una gran inversión social”, se defienden (cada vez con menos convicción) los otrora entusiastas del chavismo. Realmente invertir socialmente es muy importante. Ayudar a los más necesitados a salir de la pobreza es clave. Pero… ¡un momento! El INE, es decir, el propio instituto de estadísticas del gobierno que siempre “maquilla” las cifras para ponernos en un ‘Disney Revolution’ virtual, acaba de admitir, de confesar, que la pobreza aumentó 8% y llegó a 27% en el último año. Después de 15 años de “revolución” (¿era revolución de verdad?) y del más gigantesco ingreso petrolero de nuestra historia… ¡tenemos una cuarta parte del pueblo en pobreza crítica! Aumentando la pobreza. Un millón de nuevos pobres en 12 meses. Y siete millones en total. ¿Qué pasó con la “gran inversión social”? En realidad uno lo sabe con vivir la realidad social en la calle, pero ahora lo dice el INE. ¡Así será de grave!, que ellos -que todo lo tapan- ahora lo confiesan.
Aunque algunos programas sociales eran útiles, necesarios y justos, la verdad que queda al desnudo es que -siguiendo el modelo cubano de control social y político- el propósito nunca fue que los pobres dejaran de serlo y ascendieran socialmente, sino tan solo “aliviar” la pobreza con becas y ayudas para mantenerlos dependientes del gobierno. Por eso, cuando el derroche, la corrupción, el despilfarro, la “regaladera”, el brutal endeudamiento y la más brutal inflación, han causado una sequía de dólares y bolívares, la pobreza se desata. Aquello que dijo el ministro de Educación: “no podemos permitir que los pobres se conviertan en clase media porque se nos vuelven escuálidos”.
Si, por citar algunos casos, en Guayana existieran 30 o 40 nuevas empresas industriales medianas, transformadoras de acero o aluminio, si los proyectos de las ciudades del Aluminio y el Acero no hubiesen sido puro bluff, habría 200 mil nuevos empleos buenos, estables, productivos, con derechos laborales. Multipliquen eso en otras regiones, industriales y agro industriales, del país. ¡Eso sí es sacar a millones de la pobreza!, de forma real y permanente. Si esas obras públicas cuya lista parcial hicimos líneas arriba no se hubieran paralizado, habría otros cientos de miles de empleos buenos. Si los programas de educación, de formación en oficios, funcionaran a plenitud, cientos de miles de otros trabajadores tendrían mejores empleos. Y entonces las becas y ayudas alcanzarían para atender a los rezagados y más necesitados, que serían muchos menos, mientras se crean nuevas fuentes de trabajo y se capacitan.
¿Saben más causas de que existan más pobres y el país esté ahogado e hipotecado? 1. El promedio salarial en Venezuela hoy es de apenas salario mínimo y medio (cifras del INE y el BCV citadas ayer en El Universal). Eso es empobrecimiento. Hace 10 años el promedio eran casi 4 salarios mínimos. La canasta alimentaria es de casi dos salarios mínimos. 2. Los 20 mil millones de dólares que se robaron los boliburgueses de empresas de maletín, asociados a jerarcas del gobierno en el cadivismo rojo y que tras tantas denuncias siguen escondiendo. 3. Los 18 mil millones de dólares traspasados a los Castro en Cuba, sólo entre 2008 y 2011, en subsidios, préstamos, donaciones o “negocios” chimbos de intermediación. ¡Cuántas obras y proyectos no se habrían hecho con ese dineral! Los 11 mil millones de dólares que nos adeudan los Castro por factura petrolera no cancelada. 4. El gigantesco dineral malgastado en inútil armamento de guerra con Rusia. Los “regalos” a otros “amigotes” de gobiernos extranjeros. 5. Los 69 mil millones de dólares en importaciones ficticias en los 11 años de control de cambios, en connivencia con jerarcas rojos que permitieron esos “guisos”.
¿Guerra económica?: la de la robo-lución contra el pueblo, disfrazada con mucha cháchara “socialista”. ¿Patria? Nunca tuvimos menos patria que hoy a pesar de tanta cháchara sobre “soberanía y anti imperialismo”. ¿Soberanía alimentaria? Retrocedimos gravemente como nunca antes. Dependemos en alto grado de las importaciones hasta para comer lo elemental. Cada vez se produce menos.
TIP 1: “¿Será que algunos funcionarios tienen plata en el imperio?”. Eso escribe en Aporrea un militante pro-oficialista. Es el título de su artículo pleno de sentido común y cero fanatismo. Un párrafo: “Y yo me pregunto ¿es que acaso habrá algún funcionario que pueda, en la práctica, ser sancionado?, porque (…) no debería haber ningún funcionario con intereses económicos en Estados Unidos, en consecuencia nos debería resbalar lo que hagan o dejen de hacer al respecto. ¿O es que, acaso hay funcionarios que tienen temor a estas sanciones porque tienen “rabo de paja” y se pueden quemar con ese candelero?”.
TIP 2: Friosa. Atentos. No está claro si es una “inspección”, una “intervención” o un movimiento para desarmar las denuncias de irregularidades. Lo cierto y claro es que una empresa próspera ha sido arruinada tras 4 años de intervención del gobierno. Hay trabajadores que estarían proponiendo un plan para reflotar la empresa. Veremos. La lista de irregularidades es enorme. Abruma escuchar algunos pocos casos.
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¿Cómo es que ahora hay mas pobres, estamos hipotecados y falta de todo?
Damián Prat
Correo del Caroní. Ciudad Guayana 02 de junio de 2014
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