miércoles, 16 de abril de 2014

Ivan Simonovis: ¿Qué diferencias hay entre el 11 de abril de 2002 y el del 2014?

¿Qué diferencias hay entre el 11 de abril de 2002 y el del 2014?
IVAN SIMONOVIS
Diario Las Américas. Miami, 16 de abril de 2014

Si en el 2002 había motivaciones para manifestar, hoy día existen mil razones más para protestar por derechos civiles que nos han sido arrebatados a los venezolanos.

Doce años después, la oposición finalmente llegó a Miraflores. Esto ha tenido un costo de 41 vidas y el enérgico sacrificio de los estudiantes, de Leopoldo López, de la diputada María Corina Machado, del alcalde Antonio Ledezma y de miles de venezolanos que siguen empeñados en hacer de nuestra tierra un país vivible.

Como en una especie de Deja-Vu, en la madrugada del este 11-A de 2014, representantes de la MUD se sentaron ante los representantes del omnímodo Gobierno, para exigir algunas de las cosas que ya en el 2002 se planteaban como graves problemas. Finalmente los representantes de la MUD tuvieron el privilegio de hablar durante 6 horas en cadena nacional. No sólo Miraflores oyó, también el país entero pudo oír lo que desde el 2002 se ha tratado de decir.

Yo quiero recordar que cada 11 de Abril, desde hace 10 años, soy atacado y vilipendiado de manera despiadada por todo tipo de voceros oficialistas, periodistas fundamentalistas, opinadores “de izquierda”, analistas del socialismo etc. La verdad de aquel 11-A es simplemente ésta:

El 11 de Abril de 2014 se cumplieron 12 años de la más absoluta impunidad: 19 venezolanos asesinados siguen esperando en sus tumbas por una justicia que no ha llegado.

Se abrieron formalmente 79 investigaciones con respecto a los hechos del 11 de Abril de 2002. De éstas, 76 fueron archivadas o sobreseídas, siendo que solo tres superaron la fase de investigación previa Ninguno de los 45 expertos técnicos y 196 testigos pudieron individualizar a ningún responsable. Las pruebas técnicas, por el contrario, nos exculparon.

Al igual que ahora, el 11 de Abril de 2001, el Gobierno de Hugo Chávez habló de "francotiradores". No existe ni una sola investigación formal sobre ese tema.

Según los videos y fotos de los medios de comunicación en el sitio de los hechos, se registraron más de 70 personas (civiles armados) agrediendo a los manifestantes opositores. Solo enjuiciaron a seis, en un proceso de menos de tres meses. Fueron absueltos y están en libertad. Al resto de los pistoleros, jamás se les investigó.

Se nos negó el derecho a juicio en libertad, pero a quienes fueron enjuiciados por el asesinato del reportero gráfico Jorge Tortoza, se les liberó a las 48 horas de iniciarse el juicio, pese a haber estado huyendo por más de 2 años.

La Juez Marjorie Calderón nunca puso coto a las tácticas dilatorias en el juicio, que duró 3 años y 231 audiencias.

Los escabinos que conformaron el Tribunal, gozaban de beneficios sociales en misiones gubernamentales, lo que claramente demuestra que no eran imparciales.

Finalmente, la Sala de Casación Penal del TSJ, presidida por el Magistrado Eladio Aponte Aponte, en tiempo record de siete días, declaró inadmisible nuestro recurso, para lo cual debió leer 8.313 páginas del expediente. Pero nunca lo leyó y así lo confesó públicamente el Magistrado Eladio Aponte Aponte, mediante una carta notariada y apostillada ante autoridades de la República de Costa Rica, y donde textualmente confesó:

“Es un deber inaplazable confesar ante ustedes, y ante todos, que he cometido el pecado de haber transmitido a los jueces que los juzgaron la orden de condenarlos a 30 años de prisión a como diera lugar. Yo estaba cumpliendo órdenes directas del presidente Hugo Chávez Frías, quien así me lo ordenó.” (…) ”Ordene a la jueza Anabella Rodríguez, del Juzgado 13 de Primera Instancia en Funciones de Control de Caracas, que decretara la orden de captura que le solicito la fiscal Luisa Ortega Díaz, aun cuando dicha jueza no tenía competencias para el caso” (…) “mantuve comunicación constante con la juez Marjorie Calderón de Maracay y con la fiscal Haifa El Aissami para que hicieran todo para retrasar ese juicio y así causarles toda clase de penurias en los traslados, y para que finalmente se produjera sentencia condenatoria a como diera lugar, sentencia que entregue en formato digital a dicha jueza y que estaba elaborada por uno de mis asistentes” (…) “... en este caso ustedes elevaron recurso de casación ante la Sala Penal, donde yo lo asumí y de inmediato mandé elaborar el proyecto de sentencia declarándola sin lugar por recurso manifiestamente infundado, esto sin siquiera haberlo leído ya que era demasiado extenso y la orden que me dio el presidente Chávez era ‘salir de eso de inmediato sin más tardanza, condénelos de una vez’ (…) Así lo hice.”

Nuestro juicio, el más largo de la historia judicial venezolana se trató de un juicio Kafkiano, plagado de contradicciones, omisiones y planteamientos absurdos, proceso que inició un calvario para las familias de los condenados. Este juicio debió aspirar al esclarecimiento de la verdad, merecida para las víctimas y para sus familiares y necesaria para sancionar y castigar a los verdaderos culpables y responsables de los hechos acontecidos, estableciendo la Verdad necesaria e importante para el país, la verdad que posibilitaría a partir del esclarecimiento de los hechos acaecidos, encontrar el camino que permita la efectiva reconciliación de todos los venezolanos.