domingo, 30 de marzo de 2014

Antonio Pasquali: El asesinato del artículo 58

El asesinato del artículo 58
ANTONIO PASQUALI
El Nacional. Caracas, 30 de marzo de 2014
Entre paroxismos de poder y monitoreos cubanos quedó muerto asesinado el artículo 58 de la Constitución: “La comunicación es libre y plural…”, con el que sus proponentes creímos dar vida a una democracia emancipada de arrogantes amos mercantiles y políticos. ¿Comunicaciones que garantizan democracia? Sí, porque el acto comunicante engendra socialización, concentraciones de poder emisor inducen iliberales relaciones sociales, y solo una comunicación plural y equilibrada, sin oligarquías acaparadoras, puede sustentar una sociedad abierta y pluralista, respetuosa de minorías y tolerante. “…Y plural”: ahí está el meollo de su coeficiente democrático, porque una libertad de comunicar concentrada en pocos o en uno solo, únicos emisores entre millones de enmudecidos, solo engendra la no-libertad del otro.
El “58” lo asesinó un régimen hoy dictatorial que lo violó a muerte para asegurarse un control totalitario de la comunicación coherente con su proyecto de hegemonía global. ¡Basta de beneficios de la duda, de hipócritas (Bachelet incluida) que identifican salir elegidos con patente vitalicia de demócratas! Las ladinas tiranías del siglo XXI manipulan electrónicamente las urnas, gorjean en Twitter y cual Janos exhiben al mundo la cara democrática. La politología enseña que hay dictadura al concurrir cinco requisitos:
a) Absolutismo (mando único sin frenos parlamentarios y cero autonomías).
b) Irrespeto a la Constitución y leyes.
c) Personalismo (poder concentrado en un jefe taumatúrgico).
d) Totalitarismo (Estado omnipotente contralor de todos los poderes, partido único).
e) Tendencia a eternizarse en el poder.
Lo demás son irrelevancias; el chavismo es de facto y de jure una dictadura casi perfecta, y ni siquiera del puro proletariado.
En radio y TV ella ha dado vida a una inversión mediática tal vez única en el mundo. En el centenar de democracias donde conviven servicios públicos y comerciales, estos adoptan libremente la postura política de su agrado, y aquellos practican republicanamente una imparcialidad controlada por el legislativo. El chavismo ha invertido esos roles, constriñendo el emisor privado no chavista a la silente neutralidad, mientras que desde sus 15 emisoras TV y cientos de radiales “públicas” eructa día y noche insultos y amenazas a la oposición, intoxicación ideológica y marketing del difunto y del sucesor. ¡El mundo al revés! Desde Minci y Conatel (confiados a implacables cancerberos del régimen) se ejerce un control capilar de contenidos, con inducción de autocensura en telenovelas y apagado fulminante de TV extranjera, prohibición de difundir el Oscar o amenazas in crescendo ya que la “cobertura mediática [de los actuales acontecimientos] pudiese ser considerada violatoria del artículo 27 de la Ley Resorte…”. Los Ramonet de este mundo han de saber que la dictadura venezolana liquidó el pluralismo constitucional en medios masivos para saturar el dial con la voz del amo, generando un país desinformado y debilitado, impedido de comparar fuentes y sin clara percepción de los sucesos diarios.
Pese a que lo niega, la dictadura pondera y ensaya la arrebatiña final: pasar a la lista de los 18 países felones de la tierra que controlan lo electrónico. El cancerbero de Conatel habla el lenguaje de Ramiro Valdés: “Las redes son un instrumento de manipulación para generar terror social y atizar el odio”, y convoca a los proveedores de Internet conminándolos a bloquear mensajes disidentes; niega el control e Inside Telecom le publica la lista de las 470 páginas web oscurecidas por orden escrita; se han producido sospechosas caídas  de la red  en momentos y lugares críticos; se estudia la creación de un embudo  Cantv para Internet (un punto único de acceso nacional) para facilitar la faena sucia a Cesppa y Conatel; Casetel confirma la existencia de mecanismos de bloqueo; la Internet Society de Venezuela exige al gobierno “revertir las órdenes de bloqueo” y “garantizar la neutralidad de la red”. De lograr esta última arrebatiña, el orden cubano reinará en Venezuela.
apasquali66@yahoo.com