En el tiempo de comunismo fundamentalista aplastante, Albania cerraba sus fronteras con una cadena y un candado. Para poder entrar o salir de país se requería una autorización que no era fácil obtener.
Sin ir muy lejos, en nuestra "potencia colonizadora", la Cuba del castro-comunismo, predomina un régimen parecido. No hacen falta la cadena y el candado porque, siendo una isla, está geográficamente aislada, lo que hace fácil controlar la entrada y salida. Esto trae a mi memoria el cuento cubano de la maestra que pregunta Jaimito: "-Jaimito, ¿qué es Cuba? -Cuba es una isla, maestra. -Bien, y si Cuba estuviera unida a la Florida por una franja de tierra, ¿qué sería? -Sería un desierto maestra, porque aquí no quedaría nadie".
Pero, además de ese aislamiento, para salir de Cuba se requiere un pasaporte y un permiso que el gobierno otorga a quien y cuando le da la gana. Adicionalmente, son muy pocas las líneas aéreas internacionales que llegan a La Habana.
Venezuela está siendo aislada del resto del mundo y pareciera que falta poco para que en nuestras fronteras terrestres se instalen cerrojos como los que hubo en Albania.
Varias aerolíneas internacionales han decidido suspender sus escalas en Venezuela como consecuencia del retraso del gobierno en proporcionar las divisas a las aerolíneas. Las aerolíneas venden los boletos en moneda local, pero el gobierno no ha permitido la repatriación de los dólares de sus ganancias. La factura que le adeuda el régimen es de aproximadamente 4.000 millones de dólares y los esfuerzos por llegar a un arreglo no han tenido resultados. El gobierno ofrece saldar la deuda pero no cumple. Con su habitual forma prepotente de reaccionar frente a los acontecimientos, ante la decisión de Air Canada de interrumpir sus operaciones el gobierno respondió advirtiendo que las aerolíneas que suspendieran operaciones no podrían regresar a Venezuela.
Hay un efecto dominó. Air Canadá fue seguida por Alitalia y Lufthansa. Las demás aerolíneas que operan en nuestro país se mantienen en "stand by". Algunas han reducido sus frecuencias esperando ver que solución ofrecerá el gobierno. Las alternativas, no-excluyentes que tienen son: suspender definitivamente sus operaciones y/o demandar legalmente y compulsivamente el pago de lo que les deben.
Esta situación evidentemente reduce las posibilidades de los venezolanos de ausentarse del país que, sumada a las demás restricciones: control de cambio, trabas para la adquisición de divisas, obstáculos al comercio internacional, trabas para la obtención de pasaportes (incluso corre el rumor de que los pasaportes en poder de los venezolanos serán anulados y sustituidos por una autorización para salir del país como la que existe en Cuba) y tantas otras restricciones que no es posible enumerar en su totalidad, parecen formar parte de una estrategia deliberada de este régimen maula y tramposo dirigida a poner un cerrojo al país para aislarlo totalmente del resto de la comunidad internacional
En todo caso, pareciera que lo que se busca es convertir al país en un enorme corral y encerrarnos en él como si fuéramos bestias cuando quienes deberían estar encerrados en el corral son aquellos que con su ignorancia, oscurantismo e ineptitud están convirtiendo a nuestra amada Venezuela en un pozo negro.
adolfotaylhardat@gmail.com
Sin ir muy lejos, en nuestra "potencia colonizadora", la Cuba del castro-comunismo, predomina un régimen parecido. No hacen falta la cadena y el candado porque, siendo una isla, está geográficamente aislada, lo que hace fácil controlar la entrada y salida. Esto trae a mi memoria el cuento cubano de la maestra que pregunta Jaimito: "-Jaimito, ¿qué es Cuba? -Cuba es una isla, maestra. -Bien, y si Cuba estuviera unida a la Florida por una franja de tierra, ¿qué sería? -Sería un desierto maestra, porque aquí no quedaría nadie".
Pero, además de ese aislamiento, para salir de Cuba se requiere un pasaporte y un permiso que el gobierno otorga a quien y cuando le da la gana. Adicionalmente, son muy pocas las líneas aéreas internacionales que llegan a La Habana.
Venezuela está siendo aislada del resto del mundo y pareciera que falta poco para que en nuestras fronteras terrestres se instalen cerrojos como los que hubo en Albania.
Varias aerolíneas internacionales han decidido suspender sus escalas en Venezuela como consecuencia del retraso del gobierno en proporcionar las divisas a las aerolíneas. Las aerolíneas venden los boletos en moneda local, pero el gobierno no ha permitido la repatriación de los dólares de sus ganancias. La factura que le adeuda el régimen es de aproximadamente 4.000 millones de dólares y los esfuerzos por llegar a un arreglo no han tenido resultados. El gobierno ofrece saldar la deuda pero no cumple. Con su habitual forma prepotente de reaccionar frente a los acontecimientos, ante la decisión de Air Canada de interrumpir sus operaciones el gobierno respondió advirtiendo que las aerolíneas que suspendieran operaciones no podrían regresar a Venezuela.
Hay un efecto dominó. Air Canadá fue seguida por Alitalia y Lufthansa. Las demás aerolíneas que operan en nuestro país se mantienen en "stand by". Algunas han reducido sus frecuencias esperando ver que solución ofrecerá el gobierno. Las alternativas, no-excluyentes que tienen son: suspender definitivamente sus operaciones y/o demandar legalmente y compulsivamente el pago de lo que les deben.
Esta situación evidentemente reduce las posibilidades de los venezolanos de ausentarse del país que, sumada a las demás restricciones: control de cambio, trabas para la adquisición de divisas, obstáculos al comercio internacional, trabas para la obtención de pasaportes (incluso corre el rumor de que los pasaportes en poder de los venezolanos serán anulados y sustituidos por una autorización para salir del país como la que existe en Cuba) y tantas otras restricciones que no es posible enumerar en su totalidad, parecen formar parte de una estrategia deliberada de este régimen maula y tramposo dirigida a poner un cerrojo al país para aislarlo totalmente del resto de la comunidad internacional
En todo caso, pareciera que lo que se busca es convertir al país en un enorme corral y encerrarnos en él como si fuéramos bestias cuando quienes deberían estar encerrados en el corral son aquellos que con su ignorancia, oscurantismo e ineptitud están convirtiendo a nuestra amada Venezuela en un pozo negro.
adolfotaylhardat@gmail.com
Venezuela bajo cerrojo
Adolfo Taylhardat
El Universal. Caracas, 21 de mayo de 2014