Primitivos
JOSE VICENTE CARRASQUERO
La Patilla. Caracas, 4 de abril de 2014
Los patéticos hechos acaecidos en la Universidad Central de Venezuela el día 3
de abril de 2014, trajeron a mi memoria los argumentos que les daba a mis
compañeros de trabajo, amigos y familiares para que no votaran por Hugo Chávez
en las elecciones de 1998. El tiempo no ha hecho otra cosa que darme la
razón.
No se puede pensar que una clase política que llega al poder, marchando sobre
la sangre derramada por la violencia de sus actos, tenga un compromiso real con
la democracia y con los principios y valores que la misma encarna.
Fuimos nuevamente testigos de cómo los aparatos de orden público del estado
actúan sincronizadamente con grupos paramilitares para atacar a estudiantes que
se proponían llegar de la UCV a la vice presidencia económica en un legítimo y
más que justificado derecho a la protesta.
Los reportes desde las redes sociales mostraron escenas dantescas. Propias de
los hunos de Atila. Grupos civiles armados agrediendo periodistas, golpeando y
desnudando estudiantes, el uso de armas de fuego y objetos contundentes para
someter y amedrentar a personas. Una escena sacada del primitivismo bárbaro del
quinto siglo de nuestra era.
No se puede llamar de otra forma: lo que vimos ayer en nuestra magna casa de
estudios fue terrorismo
de estado. En las fotos se identifican claramente a personas vinculadas al
oficialismo. Se aprecia a grupos de bárbaros-primitivos agrediendo salvajemente
a estudiantes. Se ve a estudiantes desnudos corriendo para no seguir siendo
torturados por delincuentes que dicen estar defendiendo una causa política.
Y ya lo decía en 1998, Chávez nos va a llevar al pasado. Nos hará más
primitivos de lo que somos. Nos llevará al enfrentamiento de venezolanos con
venezolanos. Usará toda la violencia que tenga a mano para someternos a una
forma de pensar y hacer. Porque al final, una persona que usó lar armas de la
república para fracasar en dos intentos de golpe de estado, es un ser con una
concepción primitiva y violenta de los mecanismos para llevar adelante un
proyecto político.
Mientras escribo esto, no he visto a ningún vocero del oficialismo condenando
estos hechos. Nadie, desde la estructura del Estado, ha tenido aunque sea por
salvar la cara de la institución que representa, la delicadeza de condenar,
aunque sea en términos generales, los sucesos del 3 de abril.
Y no lo hacen porque tácitamente están de acuerdo. Porque de la democracia
solo quieren los mecanismos electorales. No quieren saber nada de los principios
que ella implica. Porque no son demócratas en el sentido estricto del concepto.
Chávez no lo era. Mucho menos esa clase política que se amalgamó a su
alrededor.
Las fotos identifican claramente a los atacantes. Dejan ver claramente sus
actos primitivos, arcaicos, prehistóricos. Ayer pudimos ser testigos de lo que
significa el hombre nuevo que promueve este proceso político mal llamado
revolución. Vimos como Venezuela ha sido disparada al pasado por una clase
política que solo le interesa medrar la riqueza petrolera mientras somete al
pueblo, le quita sus libertades y lo empobrece como ningún gobierno anterior lo
había hecho.
Los hechos de la Central lo dejan claro. Se entiende por qué no se llamaron
mesas de diálogo a las conferencias de paz. Los trogloditas en el poder se creen
poseedores de la verdad. Y, por supuesto, la verdad no se discute. Entonces, no
hay nada que dialogar. O se someten a la verdad o serán reprimidos. Si,
reprimidos, general Padrino. Sin eufemismos ni manipulaciones. Lo de ayer en la
Central fue represión vulgar, repudiable e indigna de fuerzas militares cuyo
papel legal es la defender los derechos de los ciudadanos, entre ellos el de
protestar.
La foto del joven deambulando desnudo por los jardines del UCV, desvistieron
ante los ojos del mundo el carácter dictatorial y vandálico de una clase
política incapaz, incompetente, ignorante y primitiva que se propone llevar a
nuestro país a la oscuridad cubana. El principal recurso de los primitivos es la
impunidad y el derecho al saqueo. Tenemos que exigir acciones legales contra
estos gandules.
Ante este estado de cosas, el derecho a la protesta está más que justificado.
Tenemos un compromiso con el futuro del país. No podemos permitir que los
trogloditas sigan haciéndonos cada vez menos soberanos, más dependientes y más
atrasados. De la limitada mente de Chávez no podía sino salir esta desgracia que
estamos viviendo.
Tenemos que imponer la agenda. No podemos permitir que Maduro siga hablando
de fantasías y boberías mientras los venezolanos pierden su vida en largas e
interminables colas para comprar gas doméstico, o alimentos. Es inadmisible que
en medio de la mayor y más prolongada bonanza petrolera, el venezolano esté
viviendo en condiciones miserables.
Los trogloditas nos llevan al pasado en el que no existía el respeto a las
libertades individuales. Nos quieren someter a la dictadura de la verdad
comunista. Nos quieren anclar en el pasado para, a sus anchas, seguir
disfrutando como clase las riquezas que en realidad pertenecen al pueblo
venezolano.
@botellazo