La libertad de prensa en Venezuela
EDUARDO POSADA CARBÓ
El Tiempo. Bogotá, 4 de abril de 2014.
Si hay dudas sobre cómo definir a un régimen político, basta examinar sus
actitudes frente a la prensa.
A los regímenes políticos y sus gobernantes se los conoce por sus actitudes
frente a la prensa.
En Venezuela, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, ha
decidido emprenderla contra el diario Tal Cual por una columna de opinión en la
que se le atribuye la frase: “Si no les gusta la inseguridad, váyanse”.
Teodoro Petkoff –editor del periódico–, su plana directiva y el autor del
artículo, Carlos Genatios, se encuentran hoy acusados de difamación agravada,
sujetos a medidas cautelares que les impiden salir del país y sometidos a un
juicio con posibles penas de hasta cuatro años de cárcel. El presidente de la
Asamblea venezolana ha negado que haya pronunciado las palabras que le atribuyó
la columna de Tal Cual. La frase parece tan inocua que despierta curiosidad por
el contenido del artículo.
¿Qué dice la columna que provocó tan indignada reacción?
Genatios criticó las condiciones actuales de Venezuela bajo un titular y tres
palabras: ‘Patria, socialismo y muerte’. La primera se encontraría socavada por
la pérdida del poder de la moneda y el dominio creciente de otras naciones en
diversas actividades económicas y de inteligencia. El segundo, “¿socialismo? No
hay”, respondió el columnista. “¿Muerte? Eso sí...”. Más de 24.000 muertes
violentas en el 2013. Y seguía la frase que el presidente de la Asamblea
Nacional niega haber dicho: “Si no les gusta la inseguridad, váyanse”.
Simpatizantes o no del régimen bolivariano pueden encontrar en la columna de
Genatios razones para disentir de sus críticas. Lo que no parecen existir son
válidas razones para que el autor del artículo, el editor y los directivos del
periódico deban responder por ella ante los estrados judiciales, a menos que
existiese el delito de opinión.
Tal delito, según la Constitución venezolana, no existe. Pero el régimen
chavista cuenta por lo menos con dos “leyes mordazas”, aprobadas en el 2004 y el
2010, que constituyen amenazas a la libertad de expresión.
Las acciones contra Tal Cual son otro reflejo de las actitudes hostiles del
chavismo frente a la prensa. Un ministro en algún momento habló de la “hegemonía
comunicacional”, en evocación de Gramci, para defender la mayor presencia del
Estado en los medios (El País, 20/09/13).
Sin embargo, según el director del diario El Nacional, Miguel Hernández
Otero, se trata de “una estrategia para silenciar el periodismo independiente”.
El Nacional es uno de los periódicos que están sufriendo hoy por la escasez de
papel, como resultado de las restricciones de divisas que impiden su
importación. Un grupo de periódicos latinoamericanos ha decidido lanzar una
campaña para defender la libertad de prensa en Venezuela. En una acción liderada
por Andiarios, de enorme importancia simbólica, los periódicos colombianos les
han enviado 52 toneladas de papel a sus colegas venezolanos.
“Con la libertad de prensa –dijo Albert Camus–, las naciones no están seguras
de si caminan hacia la justicia y la paz. Pero sin ella están seguras de que
allí no irán”. Camus pronunció estas palabras en el homenaje al director de EL
TIEMPO Eduardo Santos, en 1955, exiliado entonces por la dictadura en París –un
discurso que harían bien en repasar los gobernantes venezolanos–.
La libertad de prensa vive bajo constante acoso. Hoy sufre una nueva ola de
amenazas que parece global. En Ecuador, los celos del Gobierno no soportan las
caricaturas. En Turquía, bloquean a Twitter. En Venezuela, la frase inocua de un
columnista desata un juicio criminal. Y los periódicos se van quedando sin
papel.
Si hay dudas sobre cómo definir a un régimen político, basta examinar sus
actitudes frente a la prensa.