Según los últimos sondeos de opinión, el prestigio de Nicolás continúa su descenso progresivo. Aun cuando no se corresponde con un ascenso sostenido de las fuerzas del cambio, esas encuestas presagian que si se presentan candidatos únicos en la mayoría de los circuitos, se perfila una victoria en las elecciones parlamentarias, lo que redundaría en una nueva realidad política concluido ese evento.
El camino es recorrer esa ruta electoral para derrotar en las urnas al régimen que ha sometido al país al impacto de una inflación de tres dígitos, ha permitido que la inseguridad se desborde convirtiendo a Venezuela en uno de los países más violentos del mundo, hasta el punto que rebasa el promedio mundial de víctimas por cada mil habitantes.
A este drama se debe añadir la escasez, el desabastecimiento y la dependencia de las importaciones en un momento en que como consecuencia de la corrupción desbordada y el despilfarro, hay una sequía de divisas que se acentúa por la baja de los precios del crudo.
Todo esto configura una crisis sistémica, vale decir, que abarca los principales problemas que debe enfrentar la sociedad venezolana, una crisis política, económica, social, cultural, de educación y de salud que se manifiesta en la falta de medicamentos e insumos médicos; caos hospitalario, donde en algunos casos solo atienden emergencias.
La crisis que hemos descrito es consecuencia del modelo equivocado que se ha querido aplicar los últimos 16 años, pero que se ha agravado bajo el gobierno de Maduro; de allí que su prestigio haya disminuido a niveles alarmantes.
Podemos retomar la afirmación que hiciésemos al comienzo de este comentario: la ruta electoral es la que más conviene al país y eso conlleva a hacer todo lo que sea necesario para reducir al mínimo la abstención y darle al voto todo su potencial de cambio que tiene, mas queremos insistir en la unidad que se convierte en la clave para la victoria electoral y el tránsito hacia la recuperación de la democracia con plenas libertades, separación de poderes, respeto a la Constitución y a los derechos civiles, entre los que destacan los derechos humanos y las libertades económicas de los ciudadanos. Hacer valer el clamor nacional respaldado por personalidades e instituciones del mundo entero por garantizar en Venezuela respeto a los derechos humanos y elecciones libres y sin presos políticos.
Pompeyo Márquez
El descenso de Maduro
Ultimas Noticias. Caracas, 14 de mayo de 2015
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