¿Aguarda a Diosdado Cabello el final de El Halcón Maltés? Por primera vez un periodista revela la presunta conversación entre un funcionario norteamericano y el presidente venezolano, donde se habría exigido la entrega de Diosdado Cabello a la justicia norteamericana...
Primero, vamos a recordar el final de la novela de Dashiell Hammett El Halcón Maltés (la película, protagonizada por Humphrey Bogart, es tan buena como el libro). El halcón maltés, una estatuilla de oro, ha sido buscada con feroz intensidad por un grupo de malhechores.
Sam Spade, un investigador privado de San Francisco, ha logrado localizar la estatuilla. Pero, en el curso de la pesquisa, algunas personas han sido asesinadas. Para que los malhechores queden libres de culpa y cargo, y puedan dividirse el botín sin problemas, es necesario obtener un chivo expiatorio, alguien que admita simultáneamente los crímenes y el robo de la estatuilla.
Por mayoría de votos, no sé si cuatro contra uno, o cinco contra uno, se elige al chivo expiatorio. (El chivo expiatorio es quien votó en contra de los otros malhechores). Pero el joven elegido se niega a cargar con el sanbenito, y se inicia un tiroteo.
Muere el chivo expiatorio, otros malhechores huyen, y Sam Spade puede recuperar la estatuilla –una imitación de la original– y entregarla a la policía. Es una pena que no se quede con la muchacha, una espectacular malvada llamada Brigitte O´Shaughnessy.
Al parecer, Dashiell Hammett no era muy proclive a los finales felices. De todas maneras, el final de El Halcón Maltés se aplica como un anillo al dedo a lo que está ocurriendo actualmente en Venezuela.
Ahora vamos a hablar del presente. En un artículo de Manuel Malaver titulado: “Los gringos quieren ponerle los ganchos a Diosdado”, se divulga, creo que por primera vez, la conversación que habría mantenido el pasado 9 de abril en Caracas Thomas Shannon, enviado especial del presidente de Estados Unidos Barack Obama, y el presidente de Venezuela Nicolás Maduro.
La información es explosiva, y ha tenido hasta el momento poca repercusión. (Generalmente, las noticias que rompen el molde demoran en propagarse). Creo que es interesante, especialmente por el presunto diálogo que reproduce entre Shannon y Maduro.
El artículo permitiría atar varios cabos sueltos y explicar, por ejemplo, las razones de que el pasado 21 de abril, la bancada oficialista en la Asamblea Nacional aprobase el “Informe sobre la triangulación mediática contra el presidente de la Asamblea Diosdado Cabello“, elaborado por la subcomisión de Medios del Parlamento.
“En un discurso en la AN”, decía un artículo en La Patilla, “el proponente Earle Herrera (PSUV) acusó a tres medios de confabularse para dañar la imagen de Cabello, la AN, el PSUV y las FANB. Criticó especialmente que El Nacional, a diferencia de El Universal y Últimas Noticias, no se hubiera hecho eco de una breve nota publicada el 17 de abril en el semanario Quinto Día, que rezaba: ´Definitivamente no prosperó la denuncia contra Diosdado Cabello en Estados Unidos. El informe del vocero Jim Luers advirtió que las acusaciones de un militar de la Armada que pidió refugio resultaron totalmente falsas”´.
Por estas horas, el diputado Earle Herrera todavía debe estar quitándose del rostro los trozos de crema chantilly que recibió por esa bufonada. El vocero de la Casa Blanca Jim Luers, por una parte no existe, por la otra, cumple múltiples funciones.
Ya se ha desempeñado en el semanario Quinto Día como agente del FBI, funcionario del Departamento de Tesoro, investigador bancario, miembro de la Organización Transparencia Internacional, y redactor de la publicación The Inteligence Week, con una sola ele, aunque se escribe con dos. Es, además, analista de Diálogo Internacional. Su única frustración es no haber obtenido el cargo de portavoz en la Casa Blanca.
¿Eran las inexistenes declaraciones de Jim Luers una respuesta de la bancada oficialista a las presuntas denuncias contra Diosdado Cabello por parte de Leamsy Salazar, ex guardaespaldas del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías?
De acuerdo al periódico ABC de Madrid y al Nuevo Heraldo de Miami, Salazar habría acusado a Cabello, de liderar un cartel de narcotraficantes en Venezuela.
Posiblemente la acusación sea falsa. Tanto los diputados de la bancada oficialista, como el presidente de la República y el vicepresidente Jorge Arreaza, así como los funcionarios de todas las dependencias gubernamentales y los altos estamentos de las fuerzas armadas están absolutamente convencidos de la honestidad, el don de gentes, el carisma y la simpatía del presidente de la Asamblea Nacional.
¿Para qué entonces, batir el parche insistiendo en su total inocencia en relación a las acusaciones formuladas por traidores y apátridas? Una punta de la madeja está en la conversación que, según Manuel Malaver, habrían sostenido Shannon y Maduro.
Dijo Malaver que cuando Maduro pidió a Shannon la anulación de “El Decreto Obama” (No es un decreto, es una orden ejecutiva rubricada por el Congreso de Estados Unidos), Shannon respondió: “Eso, presidente, es imposible. Pero sí nos ofrecemos a normalizar las relaciones siempre y cuando Diosdado Cabello sea separado del gobierno y entregado a la justicia norteamericana”.
Maduro habría preguntado a Shannon: “Pero ¿qué tienen ustedes contra el presidente de la Asamblea Nacional?” Y el funcionario norteamericano dijo “Ésto”, y “explayó en un mesón copias de los documentos, fotografías, videos y testimonios que (Rafael) Isea y (Leamsy) Salazar acababan de entregar en Washington contra Cabello”.
El periodista dijo que Maduro “vio, examinó, perdió el habla durante casi un cuarto de hora, y al final susurró: ´Pero ustedes, si esto es cierto, me están pidiendo una extradición del segundo hombre del gobierno, y en este país la extradición de nacionales está prohibida por la Constitución´”.
La respuesta de Shannon habría sido: “No hablamos de una extradición sino de una deportación, una deportación por delitos comunes”.
Maduro habría expresado: “Está bien, pero si yo me niego a una y a otra ¿qué harían ustedes?” Ahí vino una amenaza muy concreta de Shannon: “Solo le recuerdo un principio de nuestra legislación antidrogas: el narcotráfico no tiene fronteras, y por tanto, los gobiernos que lo combaten, tampoco tienen fronteras”.
Maduro le preguntó a Shannon si lo estaba amenazando con un “Noriegazo”, y el funcionario habría replicado: “No presidente, usted no es Noriega, pero su segundo sí recuerda a Pablo Escobar, los hermanos Rodríguez Orejuela y el Chapo Guzmán”, figuras justamente célebres del narcotráfico colombiano y mexicano.
No acostumbro usar tantos párrafos de una crónica ajena. Y me pregunto, admirado y con cierto recelo, cómo es que Malaver obtuvo esa conversación verbatim de dos personas tan importantes. El diálogo se realizó, dijo Malaver, “en el palacio de Misia Jacinta”, donde es obvio que existen extraordinarias medidas de seguridad a fin de evitar que se filtren informaciones.
Quizás las próximas semanas revelen la incógnita. Según Malaver, “La gran pregunta es: ¿Se atreverá Maduro a entregar a Diosdado, o, al menos, a dejarlo a la buena de Dios, y, en respuesta, la emprenderá Cabello contra Maduro al extremo de derrocarlo o provocar una guerra civil?”
Pienso en el final de El Halcón Maltés (el de la película, no el de la novela). Cuando le preguntan a Sam Spade en qué consiste la estatuilla, dice que está constituida por "las cosas con que se fabrican los sueños".
Ya hace mucho que el sueño se acabó en Venezuela, esto es, si es que alguna vez comenzó. Y es evidente que al igual que el chivo expiatorio buscado por Sam Spade para cerrar su faena con broche de oro, la nueva víctima propiciatoria no piensa dejar ilesos a sus contrincantes. Es muy difícil conjeturar una salida.
Para Malaver, existe “un remedo de gobierno asediado por un cogobierno que es, a fin de cuentas, el que decidirá el tiempo que le queda al presidente en Miraflores, ya se trate de entregar el país a Cabello o de convivir con él”
Mario Szichman
No hay finales felices
Tal Cual. Caracas, 4 de mayo de 2015