Gracias. Presidente Menéndez, gracias, Miembro de Mayor Rango Corque y miembros del comité, por haberme invitado a comparecer ante ustedes hoy. Es un honor estar aquí.
Quisiera empezar sobre una base personal. Paso la mayor parte de mis días de trabajo analizando las tendencias económicas y políticas globales y la capacidad de las naciones de cumplir con sus metas sociales. Para mí, el caso de Venezuela es diferente. Crecí allí, estudié allí, enseñé allí y a principios de los noventa trabajé con un equipo extraordinario de funcionarios gubernamentales como Ministro de Comercio e Industria para llevar prosperidad a un país con una democracia defectuosa pero vibrante. Por más de cuarenta años, los resultados de las elecciones en Venezuela eran bastante impredecibles, se cumplía con las limitaciones a los períodos y los controles y contrapesos ayudaban a ponerle freno a la concentración de poder.
Seré tan desapasionado como sea posible en mi análisis y mi recomendación en cuanto la política de los EU hacia Venezuela. Pero vengo a cumplir con esta tarea con un corazón aquejado. Veo a un país que amo, y que tanto me dio a mi y a mi familia, en una espiral descendiente hacia un caos económico, luchas en las calles, una sociedad profundamente dividida, abusos masivos por parte del gobierno e inimaginable corrupción. El hecho de que este maravilloso país adquiera muchas de las características comunes a estados mucho más pobres y fallidos, y testimoniar como el sufrimiento humano crece es para mí, para mi personalmente, para mi familia y, por supuesto, lo que es más importante, para el pueblo venezolano nada menos que una tragedia.
Venezuela, hoy en día, no es una democracia y, claramente es un fracaso económico. Políticamente, es una autocracia post-moderna. ¿Qué es eso? Es un gobierno autoritario que sabe como parecer democrático a la vez trampeando las elecciones, ahogando a los medios, reprimiendo a la oposición y acabando con lo controles y la verificación, de ese modo concentrando el poder mientras mantiene una apariencia de democracia. Tan solo un ejemplo puede ilustrarlo: durante los catorce años del gobierno de Chávez y uno de Maduro, no hay ni un solo caso en el que los poderes legislativo o judicial se hayan opuesto a una iniciativa o le hayan impedido al presidente que haga lo que a él le parezca, cuando le parezca.
El gobierno, a hurtadillas y efectivamente anuló todos los controles y contrapesos sobre el poder del ejecutivo. La rendición de cuentas y la transparencia se han erosionado sistemáticamente y, para todos los fines prácticos, han dejado de existir desde hace años. Dicho esto, compartiré con ustedes cinco pasos prácticos que creo que el gobierno de los EU podría emprender que constituirían una contribución positiva para entender la realidad venezolana, aliviando este sufrimiento y prestándole ayuda a una nación en nuestro Hemisferio para que se aleje de esta horrenda situación.
Es importante, sin embargo, subrayar que cero firmemente que los conflictos en Venezuela sólo pueden resolverlos los venezolanos y que los Estados Unidos no pueden ni deben ser un protagonista en lo que allí está ocurriendo.Las medidas que recomiendo apuntan a facilitar la resolución de conflictos y a aclarar la situación que las autoridades venezolanas están oscureciendo deliberadamente.
Desgraciadamente, mientras hablamos hay otro improbable y sorpresivo poder externo que conduce el juego en Venezuela e interfiere con la voluntad del pueblo allí: Cuba. Espero que el Comité discuta el papel de definición de Cuba en una próxima audiencia.
El contexto para los pasos que recomiendo se trata de una crisis de los derechos humanos grave y mal entendida. Tengo pleno conocimiento del alcance de las detenciones arbitrarias, de la falta de revisión judicial, los secuestros, las palizas, las amenazas, las restricciones a los medios, y el encarcelamiento de jóvenes que protestan en prisiones horribles para brutales delincuentes. Sé que ustedes recibirán un informe comprehensivo y confiable sobre estas y otras violaciones de derechos humanos, proveniente de Miguel Vivanco, de Human Rights Foundation, de manera que no las enumeraré aquí, salvo para comentar que mi más arduo deseo es que esa prácticas que quedaron atrás al finalizar los días de brutales dictaduras militares en América Latina no resurjan. Tristemente, han regresado en Venezuela. El choque más importante en la Venezuela de hoy no es el de la izquierda contra la derecha, los ricos contra los pobres ni siquiera de las buenas ideas contra las malas ideas, o como gobernar un país. No; el problema que define lo diario en Venezuela es la violación al por mayor, aprobada por el estado y ampliamente documentada de los derechos humanos de quienes se oponen al gobierno; las violaciones llevadas a cabo por la guardia nacional y por milicias civiles bien entrenadas de corte delincuencial, los infames “colectivos”.
Bajo esas circunstancias es un reto para los EU intervenir de modo constructivo. En el mejor de los casos, los EU pueden tomar medidas que ayudarán a prestar apoyo a los motores centrales de un cambio para lo mejor: el pueblo venezolano.
Las cinco medidas que recomiendo son:
(1) Ayudar a los venezolanos y al mundo a entender el verdadero impacto de quince años del modelo de gobernar que instauró Hugo Chávez;
(2) Ayudar a desenmascarar y hacer público el nivel de corrupción y de influencia extranjera en el actual gobierno;
(3) Sancionar a los responsables de abusos de los derechos humanos, así como a los oligarcas conectados a la elite de Chávez que han amasado fortunas inimaginables a través de negocios corruptos y empresas delictivas;
(4) Prevenir medidas que alimenten la táctica de “culpar a otros” para evitar responsabilidad por un estado fallido y una economía en colapso que el gobierno venezolano y sus apologistas dentro y fuera de país utilizan con tanta frecuencia; y
(5) Promover que los aliados latinoamericanos abandonen su silencio en cuanto a los abusos gubernamentales en Venezuela que no tolerarían en su propio país. No les estoy pidiendo a los vecinos de Venezuela o a la Organización de los Estados Americanos (OEA) que intervengan en la política venezolana. Pero es absolutamente válido esperar que los gobiernos decentes –y los líderes decentes– no permanezcan indiferentes respecto de la forma cómo el gobierno venezolano reprime a sus opositores.
Ahora, elaboraré brevemente sobre cada una de estas cinco propuestas.
1) Combatir a las Mentiras con Hechos
Una de las herramientas más potentes utilizadas por el gobierno venezolano es la manipulación y el ocultamiento de la información social, económica, política e institucional.
Para enfrentar esta realidad, recomiendo que el gobierno de los EU ejerza la influencia significativa que tiene en instituciones internacionales y nacionales que recopilan datos y publican informes sobre el estado de la economía, la sociedad y las libertades políticas del país, las relaciones internacionales y la seguridad nacional e internacional. Valerse del voto en organizaciones internacionales tales como las Naciones Unidas, el Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo, el Banco Interamericano de Desarrollo e incluso la vergonzosamente inefectiva OEA, para promover investigación de calidad sobre la realidad venezolana. Instituciones nacionales de los EU tales como el Servicio de Investigación del Congreso, fundaciones privadas y ONGs podrían comprometerse también.
La primera víctima en una dictadura es con frecuencia la verdad. La realidad venezolana no está siendo presentada por el gobierno ya que no se reportan datos, se manipula o se fabrica. Hay legítimas dudas respecto de lo correcto de los datos relativos a la pobreza y la desigualdad, no se ha llevado a cabo valoración de los programas sociales, el público ignora cuanto cuestan los masivos programas de ayuda a países extranjeros o la naturaleza de las obligaciones que la nación ha adquirido con países como China, Rusia o Bielorrusia. Ni siquiera tenemos información confiable acerca de homicidios, secuestros y los crímenes. El gobierno explota hábilmente, con fines de propaganda, sus números y sus beneficios maquillados a partir del vacío de información. Recientemente, por ejemplo, el Presidente del Banco Central anunció que los datos sobre escasez de bienes de consumo y medicinas ya no se publicarían.
Haciendo brillar una luz sobre las verdaderas condiciones de la pobreza, la desigualdad, las prácticas laborales, la productividad, la producción petrolera, los saldos fiscales y monetarios, la censura, y, por supuesto, los derechos humanos ayudaría a revelar la falla del liderazgo venezolano en adentrarse en un camino económico y social que le sirva a su pueblo.
No estoy pidiendo que los EU “clasifiquen” explícitamente al gobierno venezolano como una dictadura, sino que los EU usen su poder para combatir a un gobierno abusivo con la fuerza de la información: obtener los hechos reales para que rodos los vean y debatan sobre ellos. Es imperativo ponerles las cosas más difíciles al régimen y sus apologistas a la hora de mentir sobre lo que esté ocurriendo en el país, y de ocultar el impacto devastador de sus políticas
2) Descubrir los Oscuros Secretos
Rumores, casos individuales, revelaciones susurradas, confesiones salvajes e informes esporádicos, todo habla de la influencia cubana sobre las políticas gubernamentales venezolanas, de la enorme influencia de los narcotraficantes y sus cómplices en el gobierno y de la masiva corrupción en el uso de los ingresos y de la contratación. Las agencias de seguridad y fiscales de los EU están bien informadas acerca de cada una de estas realidades. Mi recomendación es que se lleve a cabo una información de auditoría de todos los informes de inteligencia y de aplicación de la ley que dan luces sobre la situación venezolana y difundir la información que pueda hacerse pública sin amenazar los activos de seguridad ni dañar la necesidad que tienen las comunidades de inteligencia de proteger fuentes y métodos. Estoy seguro de que dicha auditoría hallará que el gobierno de los EU posee información secreta cuya revelación podría arrojar importante luz sobre el funcionamiento del gobierno venezolano y de sus socios cubanos (o los narcotraficantes en el medio) sin causar algún daño duradero a la inteligencia de los EU.
Es críticamente necesario presentar información, acerca del nivel de influencia extranjera, los flujos ilegales de dinero, la criminalidad gubernamental y las prácticas corruptas en Venezuela y para documentar cómo su gobierno se ha convertido en un importante facilitador del comercio ilícito de drogas, gente y armas. Bajo condiciones de extensa censura de, y coerción a, los medios, el potencial de manipular al público con falsa información es alto. De una vez, el gobierno de los EU podría dar un paso importante para obstaculizar es desinformación al revelar sistemáticamente lo que sabe sobre esas prácticas corruptas
3) Pongan en la mira a los oligarcas bolivarianos y a sus socios
Los EU tienen un número de herramientas para sancionar a los individuos que ingresan al territorio de los EU. Es bien sabido que los mismos individuos corruptos que roban en las arcas del gobierno, aceptan comisiones sobre contratos y legitiman dinero de la droga mientras condenan a plena voz a los Estados Unidos, también vienen aquí para disfrutar de los bienes y servicios de este país. Estos nuevos multimillonarios, que han amasado fortunas personales inimaginables al apoderarse de fondos públicos, viajan a los EU en jets privados, se aprovechan de los mejores servicios de salud de los EU, envían a sus hijos a colegios universitarios de los EU y pasan sus vacaciones haciendo compras en Nueva York, esquiando en Aspen o navegando en yates en Florida. También son fuertes usuarios de bancos de los EU e invierten sus mal habidas ganancias en inmuebles y otros instrumentos de inversión bajo jurisdicción de los EU.
Mi propuesta concreta es ampliar la extensión y el alcance de las sanciones que apunten individualmente contra individuos específicos y sus familias y socios de negocios. Desde que Hugo Chávez llegó al poder, hace quince años, ha sido casi imposible mejorar en el sector privado de Venezuela sin celebrar operaciones comerciales con el gobierno. Es raro que esas operaciones se realicen diáfanamente y sin corrupción. Hay una larga y creciente lista de venezolanos obscena e inexplicablemente opulentos que se hacen pasar por “gente de negocios” pero no son sino delincuentes que se enriquecieron a espaldas de los venezolanos pobres que el gobierno bolivariano tan ardientemente alega representar. Estos ladrones y sus socios deberían ser objeto de sanciones individuales. El gobierno de los EU sabe quienes son.
Negar una visa, congelar cuentas bancarias y limitar el acceso a los EU de los oligarcas de Chávez y sus familias obviamente tendrá un impacto sobre estos individuos. Es igualmente importante, ello hará pública la naturaleza corrupta del régimen e identificará a algunos de sus ricos beneficiarios. Demostrar que los EU no condonan este género de comportamiento corrupto e ilegal, les mostrará a estos individuos, y al mundo, lo que los EU admiten y lo que no admiten.
4) Evitar la Trampa Anti-Imperialista
Ha habido mucha discusión sobre cómo valerse del comercio del petróleo con Venezuela como una herramienta para sancionar al país. Me opongo fuertemente a esa propuesta por dos razones. En primer lugar, tal como otros lo han dicho, el hecho de cortar la fuente más importante de ingresos para la economía venezolana le hace daño a todos los venezolanos, cuya mayoría no tiene influencia sobre las decisiones gubernamentales y ciertamente no tiene capacidad de extraer de los ingresos públicos para ganancia privada.
En segundo lugar, en este ambiente políticamente cargado, un factor clave, un embargo petrolero de los EU contra Venezuela o cualquier género de sanción a lo largo de la nación se pintaría inmediatamente como imperialismo yanqui, intervención y una táctica de mano dura típica de los EU para acosar a la pobre Venezuela que valientemente está retando a este imperio del mal que añora controlar sus masivas reservas de petróleo. Se trata de una narrativa que Chávez y sus acólitos dentro y fuera de Venezuela han estado fortaleciendo desde hace tiempo. Los dogmas de esa narrativa los creen firmemente los latinoamericanos y millones de otros a lo largo del mundo –también son ampliamente aceptados en Venezuela. Si los EU imponen un embargo petrolero parcial o total o de otro modo se valen de sanciones económicas generalizadas de mano dura, estarían infligiéndose ellos mismos una torpe herida. Instantáneamente, los EU se convertirían en la causa de todos los males venezolanos, desde la carencia de bienes básicos en las casas de abastos hasta la muerte de niños en los hospitales sin medicinas.
Ninguna sanción impuesta por los EU puede causar más daño a o ser más políticamente desestabilizadora para, el gobierno venezolano que la administración de Maduro y los cubanos que lo manejan le están imponiendo actualmente al pueblo venezolano.
Las sanciones petroleras por parte del gobierno de los EU serían una recompensa para el gobierno de Caracas y sus socios cubanos, ya que buscan desesperadamente a quien echarle la culpa por la crisis económica que han creado.
De manera que mi más fuerte recomendación es que NO se haga algo que ha sido discutido por algunos miembros del Congreso. No caigan en la trampa anti-imperialista
Testimonio ante el Comité Senatorial de Relaciones Exteriores de los EEUU el 7 de mayo de 2011
Moisés Naim
Traducción: Carlos Armando Figueredo
Analitica.com