viernes, 23 de mayo de 2014

Agustín Blanco Muñoz: ¿Rebelión pacífica o entrega violenta?

Algunos lectores obligan a una precisión mayor: ya no es hora para darle continuidad al mismo discurso sobre las miserias de esta revolución del Diosdado-madurismo y el Castro-chavismo en general, sino de determinar la forma de hacerle frente y derrotarla.

Se requiere entonces comenzar por establecer lo que ocurre en este expaís con miras a definir los pasos a dar para enfrentar una realidad cada vez más precaria y agobiante.

¿Qué está planteado aquí? ¿Vamos hacia una Rebelión en la Granja, como la que plantea George Orwell en 1984 o hacia una que marca diferencias, pero que parte de ella?

Comencemos por precisar los lineamientos  definitorios de esta situación.

1.- Estamos ante una revolución-dictadura de nuevo cuño, que tiene en las Fuerzas Armadas y en la entidad geopolítica Venecuba sus primeros y más firmes componentes.

2.- Se trata de una dictadura  que se ampara en un supuesto apego a la Constitución, las leyes y a la compra-venta de conciencia, que la  revolución le aplica a una parte del colectivo social-pueblo para ponerlo a su entero servicio y disposición a cambio de garantizar su sobrevivencia.

3.- Un régimen que se basa y fundamenta en todo tipo de violencia-represión, que  usurpa y controla todos los poderes del Estado y que hace de lo electoral un fraude-trampa permanente para vender la idea e imagen de la existencia de una democracia que tiene en el voto su primera y más pura expresión de libertad.

4.- Hoy está firmemente establecido que, como toda revolución, ésta comulga con el mandato de defender sus conquistas con la aplicación de los métodos  a que haya lugar.

5.- Ante esta realidad de la revolución de y para la destrucción, se impone definir el cómo y cuándo enfrentarla. A este respecto proponemos considerar, más allá las dos posibilidades conocidas y manidas: la violenta y la pacífico-electoral, la que tiene que ver con la Rebelión de la civilidad, de la fuerza social organizada, consciente y con clara proyección hacia la democracia y la libertad.

A este respecto, en los acápites que siguen, cuestionamos la violencia y el electoralismo a fin de insistir en una proposición para debatir:

1.- Enfrentar la violencia existente con una violencia mayor es caer exactamente en el escenario que tiene ya un registro de más de 500 años. Una historia que le interesa al mando-poder que se presenta como revolucionario para  fortalecer  la institución de la fuerza e imposición que le  coloca hoy en plan de vencedor.

2.- Pero al ser descartado el camino violento, por lo general se desemboca en la paz o pacifismo electoral.  Nos conseguimos así con la continuación de la violencia por otras vías.

3.- Este instrumento, manejado por un régimen que es dueño de todos los poderes, significa la implantación de un fraude-trampa permanente que garantiza, por  las sendas de la imposición, su triunfo en cuanta elección se plantee.

4.- Esta es la violencia del voto que apunta, dispara y asesina todo lo que tiene que ver con democracia y libertad para ceder y garantizar todos los espacios a la acción totalitaria.

5.- Así, tal y como establecimos en nuestro artículo del 09-05-14, se impone cerrar el capítulo de la caracterización de esta terrible realidad, para adentrarnos en el diseño de los pasos concretos que estamos obligados a producir. A este respecto señalamos:

1.- Frente a estos dos monstruos se puede  levantar, en primer lugar,  la aplicación de los artículos 350 y 333 de la Constitución Nacional. De ellos mucho se ha hablado pero nadie los ha logrado materializar.

2.- Esta rebelión violento-armada, cuyos resultados ya conocemos, significaría un  cambio de violencia por violencia. Un régimen por otro. Lo mismo que se conoce a lo largo y ancho de este mundo en guerra.

3.- La otra posibilidad es la rebelión de la fuerza social organizada y consciente, cuya actuación está guiada y controlada por el sentimiento e inclinación hacia la no violencia. Esto conduce a accionar pacíficamente y con base a la participación de la sociedad con su empeño y decisión.

Finalmente exponemos una de las fuentes de esta proposición: George Orwell en su Rebelión en la Granja y lo que derivamos de la misma.

1.- En efecto, este autor es muy claro en su mensaje de que sólo la fuerza del colectivo puede lograr un verdadero cambio en la sociedad. Para él una realidad como la soviética debía ser enfrentada ordenada y pacíficamente.

2.- Por ello, frente a la tiranía de un monstruo como Stalin fue necesario encubrir la lucha con  los animales para  resguardar los autores de la ideas, sus difusores y a quienes las asumieran.

3.- Pero queda claro en su  "Rebelión en la Granja" que expulsar una tiranía por medio de la violencia para abrirle la puerta a otra semejante, no tiene sentido.

4.- En su mensaje manifiesta que hasta hoy el mundo se ha mantenido circularmente en el ir y venir de los mismos poderes violentos. La llamada humanidad tiene un registro continuado y permanente de violencia.

5.- Por esto hemos mantenido que sólo con la participación del colectivo-pueblo en Movimiento de Movimientos (MdM) se puede avanzar en la organización, con miras a la construcción de una nueva realidad.

6.- Y para lograr este objetivo pensamos en  la Constituyente de Calle, regida por esa voluntad-acción colectiva y no por los organismos en poder del régimen, como lo son, entre otros, el CNE y el TSJ.

7.- ¿Aguantará el Diosdado-madurismo del Castro-chavismo una rebelión popular-constituyente que se mueva desde la fuerza social pacífica pero decidida a lograr la implantación de otra historia?

8.- ¿Tiene alguna posibilidad de realización el mensaje de George Orwell para derrotar al tirano e impedir su retorno, o habrá que seguir indefinidamente a la espera de que aparezca por generación espontánea  un mundo sin violencia?

¿Rebelión pacífica o entrega violenta y definitiva?

¡Qué historia amigos!

@ablancomunoz / abm333@gmail.com




¿Rebelión pacífica o entrega violenta?
Agustín Blanco Muñoz
El Universal. Caracas, 23 de mayo de 2014