CARLA ANGOLA
El Universal. 6 de abril de 2014
Los poetas sabían que el ucevista iría a la guerra, con un canto infinito de paz. Confiaban en que las azules boinas, empujarían hacia el alma la vida, en un mensaje de marcha triunfal. Que el Alma Mater, siempre sería abierto cabildo, donde nuestro pueblo podría redimir su voz. El vate deseaba para todos un destino amable y, el ruego, se volvió juventud. Pero los iracundos violentan la academia, desnudan al aprendiz que sólo quiere instruir libertad y, se vuelven tan primitivos, que su crueldad no requiere motivo, sólo oportunidad. VTV celebra la "integridad" de una Guardia Nacional, cuyos escudos y cascos jamás los protegerán de la deshonra, o de haber dado permiso a la saña y al sadismo, de los civiles armados que reconocieron camaradas. Pero el país, ¡No los reconoce a ellos! ¡No se reconoce en ellos! Este gobierno de lo indebido y, cuyo corazón volvió simple víscera, no arrastrará consigo la pureza de toda una nación. Este gobierno se infiltró en una sociedad decente. Se persigue a quien revienta dos dientes y, se deja impune la bala, que apunta directo al discernimiento. Las barricadas son terroristas, mientras cientos de bandas criminales y carros lujosos cargados de secuestrados y armas largas, siempre han sido invisibles al poder. Sus sabuesos son eficientes cuando el caso salpica al adversario, pero pierden el olfato para encontrar a los asesinos de casi 400 cuerpos que ingresaron a la morgue, sólo este mes, en nuestro valle. La justicia no sabe de pruebas, depende de las ganas que te tenga el gobierno. El derecho, se aplica de revés. Y mientras tanto, marcan al pobre como ganado y les entregan casa digna, después de patearles la lealtad en un refugio, durante cuatro años. Pero el pueblo también tiene sus ganas y, la protesta no claudica. Tanto, que el gobierno intenta con desespero, remendar una ruina irreversible. Tanto, que hasta evalúan quitarnos la soga de un control cambiario de 11 años. Tanto, que los antiimperialistas ruegan a EEUU, restituir al embajador. Tanto, que hasta los herederos de Mussolini se niegan a que Maduro adultere su fascismo. Tanto, que hasta las monjas manchan el hábito de cemento y hacen de la inconformidad, oración. Tanto, que no hay necesidad de esperar un cambio. Venezuela ya repudia, decidida, a quien intentó contaminar su alma. A quien intentó cambiarla a ella.
@carlaangola
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