domingo, 23 de marzo de 2014

Carlos Romero: Nunca es Tarde

Nunca es Tarde
CARLOS A. ROMERO. |  EL UNIVERSAL
domingo 23 de marzo de 2014  12:00 AM
La democracia venezolana ha perdido parte de su patrimonio en estas últimas semanas. No sólo se rompió el eje institucional que la MUD había programado como su hoja de ruta, sino también los fundamentos del Estado de Derecho que han sido parcialmente calcinados por una práctica gubernamental cada día más alejada de sus bases constitucionales.

La violencia y no la paz, la represión y no la inclusión, el hacha y no el libro son las coordenadas visibles por donde transita una sociedad congestionada.

Un observador pudiera acercarse a la situación nacional con muchos perjuicios, percepciones negativas, dolores de cabeza y hasta con compasión, lo que lo llevaría a propagar la idea trasnochada de que lo que se perdió pudiera rescatarse automáticamente sin fisuras. Pero de igual modo, un observador con picardía, con odio o simplemente con un perfil oportunista pudiera plantear que finalmente se llegó al infierno y sin un boleto de retorno.

Ambos, absolutamente ambos personajes llegarían a la tajante conclusión que el país está dividido en dos, que 2 proyectos de país chocan constantemente; que, en fin, uno menos uno es igual a cero.

Empeñarse a observar a la nación de esa manera, distrae, distorsiona, oscurece y paraliza. Esto le ha servido al Gobierno en sus propósitos polarizantes, al tiempo que va poco a poco echándole ácido a la Carta Magna y arrinconando a quienes creen que no todo está perdido.

Es posible. En Venezuela tenemos los suficientes recursos humanos y materiales para redimensionar a la nación con base en el rescate de nuestros activos democráticos. No sólo se trata de retomar la Constitución sino de procurar un diálogo sincero entre factores que no transiten por la violencia y por la ortodoxia.

Este mensaje no es muy fácil de transmitir. Hay demasiados obs- táculos e intereses de por medio. Pero creo sinceramente que es posible tantearlo, antes que sea tarde, antes de que se arrepienta el de allá y el de más acá.

romecan53@hotmail.com