INDEPENDENCIA 200. Así se llama el buque que ven en la foto y nada tiene que ver con los del escándalo de Conferry. Éste lo compró el Ministerio de Agricultura y Tierras en el 2012, a través de la Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL). Era para transportar ganado en pie. Nunca se usó. Está en un muelle del puerto de La Guaira, a donde llegó en noviembre 2012. Desde entonces está anclado en el puerto de atraque Nro. 15. Está sin servicio por el grado de inoperatividad que tiene. Unos expertos recomendaron hundirlo porque es muy alto el costo de su recuperación. En el documento adjunto el VA José Avendaño Goncalves le dice al entonces Presidente de CVAL que deben pagar la deuda por derecho de muelle y que “se requiere con urgencia el zarpe del referido buque, porque necesitan el puesto para el arribo de las naves que llegan al puerto, tales como Trigueros, Carga General, entre otros, pudiéndose ver disminuida la atención a los mismos y afectar la economía del país”. La Corporación de Alimentos pagó hace tres años por un buque que no hizo ni un viaje y que a julio 2013 estaba debiendo Bs. 726 mil 485. Para hoy esa deuda supera los Bs. cuatro millones. En noviembre 2014, Virginia Pérez de CVAL le solicita al gerente del Puerto la Guaira, Víctor Jiménez, un espacio para montar una oficina para centro de Operaciones de la Mn Independencia 200, buque perteneciente a la CVAL arrendado a casco desnudo por la empresa Seamax Transporte y Tours CA. Hace unas semanas el personal del Independencia 200 destaca que el buque requiere un mantenimiento mayor, al menos de un generador, debido a que están muy desgastadas sus piezas y duplican las 8 mil horas de trabajo. “Colocar y habilitar tuberías y el sistema contra incendio, que se encuentra muy deteriorada y no contamos con certificación de este sistema… Los winches de proa y popa y cabrestante como todo el sistema hidráulico está sumamente desgastado”. Alertan que sólo cuentan con una piloto y un oficial que juntos tendrán seis meses navegados. ¿Quién investiga?
¿ESTAFA? Cuando Carmen Arteaga Leal y otras 14 personas llegaron al Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (Ipsfa) en Ciudad Bolívar, creyeron que tendrían carro nuevo. Carmen es una docente que está incapacitada y corrió a vender el carrito usado para comprar uno Chery, Orinoco y hasta doble cabina que ofrecía en las instalaciones del Ipsfa, Guillermo Gamboa, personal de vigilancia del Ipsfa y de los mercados bicentenarios. Cada cliente pagó Bs. 180 (130 por el vehículo y 50 de comisión). El tiempo pasó y los carros no llegaban. Alguien llamó al general Gerson Frailejón, quien solicitó averiguar qué pasaba. El director del Ipsfa, coronel Orlando Briceño, dijo que él no tenía nada que ver con lo que hizo Guillermo y que ni siquiera se enteró, a pesar que en la sede del Ipsfa no sólo se negociaban carros, sino motos, 20 de las cuales se exhibían en la entrada del instituto. La información la daba Abraham Aristimuño socio de Guillermo. Les devolvieron el dinero a 14 a través de cheques. A Carmen le dijeron que por ser discapacitada, madre soltera con un niño en edad escolar, sería la única que recibiría el vehículo. Pasaron los meses y Carmen teme que la estafaron, más aún cuando uno de quienes recibió cheque le dijo que estaba sin fondos. Carmen fue al Sebin, donde el comisario Sánchez, en lugar de tomarle la denuncia, llamó a un hermano de Guillermo que trabaja en la Defensoría Pública. “Ah, ¿ella no le entregó dinero a tu hermano? Bueno compadre”, oyó Carmen que el comisario decía por teléfono. “Ya oyó señora, usted no le entregó dinero a Guillermo, así que váyase al Cicpc”. Pero a Carmen le dijeron al salir que el padrastro y la mamá de Guillermo trabajaron años en el Cicpc y que ahí va a perder su tiempo.
CAMIONES. Son los del convenio China-Venezuela, a través de la red de concesionarios JAC. El Estado venezolano tiene 51% y la empresa privada 49%. Se quejan quienes pretenden adquirir esos camiones porque les aplican el cobro “extra”. “Tenemos que depositar hasta tres veces el precio justo; si cuesta Bs. 687 mil, lo venden en Bs. 3 millones 200 mil”. No es para cualquier cliente que llega al concesionario; solo para clientes y discretos. En el caso de Barquisimeto se deposita en una cuenta de una empresa llamada Camiones Internacionales, a veces en Banesco y otras en FondoComun. El Superintendente Andrés Eloy Méndez está ocupado en campaña.
BORGES. Lo llamaron Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo y murió en 1986. El poeta argentino de todos los tiempos un día escribió: “Entre mi amor y yo han de levantarse/ trescientas noches como trescientas paredes,/ y el mar será una magia entre nosotros./ No habrá sino recuerdos./ Oh tardes merecidas por la pena,/ noches esperanzadas de mirarte,/ campos de mi camino, firmamento/ que estoy viendo y perdiendo./ Definitiva como un mármol/ entristecerá tu ausencia otras tardes”.
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¿ESTAFA? Cuando Carmen Arteaga Leal y otras 14 personas llegaron al Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (Ipsfa) en Ciudad Bolívar, creyeron que tendrían carro nuevo. Carmen es una docente que está incapacitada y corrió a vender el carrito usado para comprar uno Chery, Orinoco y hasta doble cabina que ofrecía en las instalaciones del Ipsfa, Guillermo Gamboa, personal de vigilancia del Ipsfa y de los mercados bicentenarios. Cada cliente pagó Bs. 180 (130 por el vehículo y 50 de comisión). El tiempo pasó y los carros no llegaban. Alguien llamó al general Gerson Frailejón, quien solicitó averiguar qué pasaba. El director del Ipsfa, coronel Orlando Briceño, dijo que él no tenía nada que ver con lo que hizo Guillermo y que ni siquiera se enteró, a pesar que en la sede del Ipsfa no sólo se negociaban carros, sino motos, 20 de las cuales se exhibían en la entrada del instituto. La información la daba Abraham Aristimuño socio de Guillermo. Les devolvieron el dinero a 14 a través de cheques. A Carmen le dijeron que por ser discapacitada, madre soltera con un niño en edad escolar, sería la única que recibiría el vehículo. Pasaron los meses y Carmen teme que la estafaron, más aún cuando uno de quienes recibió cheque le dijo que estaba sin fondos. Carmen fue al Sebin, donde el comisario Sánchez, en lugar de tomarle la denuncia, llamó a un hermano de Guillermo que trabaja en la Defensoría Pública. “Ah, ¿ella no le entregó dinero a tu hermano? Bueno compadre”, oyó Carmen que el comisario decía por teléfono. “Ya oyó señora, usted no le entregó dinero a Guillermo, así que váyase al Cicpc”. Pero a Carmen le dijeron al salir que el padrastro y la mamá de Guillermo trabajaron años en el Cicpc y que ahí va a perder su tiempo.
CAMIONES. Son los del convenio China-Venezuela, a través de la red de concesionarios JAC. El Estado venezolano tiene 51% y la empresa privada 49%. Se quejan quienes pretenden adquirir esos camiones porque les aplican el cobro “extra”. “Tenemos que depositar hasta tres veces el precio justo; si cuesta Bs. 687 mil, lo venden en Bs. 3 millones 200 mil”. No es para cualquier cliente que llega al concesionario; solo para clientes y discretos. En el caso de Barquisimeto se deposita en una cuenta de una empresa llamada Camiones Internacionales, a veces en Banesco y otras en FondoComun. El Superintendente Andrés Eloy Méndez está ocupado en campaña.
BORGES. Lo llamaron Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo y murió en 1986. El poeta argentino de todos los tiempos un día escribió: “Entre mi amor y yo han de levantarse/ trescientas noches como trescientas paredes,/ y el mar será una magia entre nosotros./ No habrá sino recuerdos./ Oh tardes merecidas por la pena,/ noches esperanzadas de mirarte,/ campos de mi camino, firmamento/ que estoy viendo y perdiendo./ Definitiva como un mármol/ entristecerá tu ausencia otras tardes”.
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Sebastiana Barráez
El buque que nunca funcionó
Quinto Día. Caracas, 1 de mayo de 2015