Se han referido a él con términos tan pomposos como “comandante eterno”, “gigante de la montaña” y “Cristo redentor de los pueblos del sur” pero, se lo haya propuesto o no, a simple vista Nicolás Maduro, el “elegido” de Hugo Chávez para tomar las riendas de ese engendro llamado “socialismo del siglo XXI”, parece encaminado a destruir la “obra política” de su mentor.
Chávez se benefició de los altos precios del crudo, cuyos dividendos usó en cuestionables planes sociales y como instrumento para ganar seguidores y apuntalar en América Latina gobiernos a imagen y semejanza del chavismo.
En sus ansias de continuar el “legado” del caudillo, Maduro ha dilapidado la riqueza nacional cuando los precios del petróleo han caído dramáticamente y se ha negado a tomar medidas económicas para sacar al país de la espiral de deterioro en la que ha caído. El resultado: bajo las riendas del exchofer de ómnibus de Caracas, el bolívar se ha devaluado, ha aumentado la escasez de los principales productos de la canasta básica y, en resumen, se ha incrementado la pobreza de los venezolanos.
En el año 2014, la economía de Venezuela se contrajo 3% y la inflación llegó a 68,5%. Venezuela es hoy, según un reciente estudio de Bloomberg, el país que tiene la economía más miserable del mundo.
De nada valen las escenas luctuosas de las principales figuras del chavismo, con Maduro a la cabeza, ante el féretro que contiene los restos del coronel golpista. De continuar con la torpeza demostrada hasta ahora, el “heredero de Chávez” también estará enterrando dentro de poco junto a los restos de Chávez los últimos vestigios del chavismo.
Ojalá y en ese acto no arrastre a la fosa a toda una nación.
Diario las Américas
Editorial
Maduro entierra a Chávez
Diario Las Américas. Miami, 7 de marzo de 2015