miércoles, 16 de abril de 2014

Oswaldo Alvarez Paz: Paciencia agotada

Paciencia agotada
OSWALDO ALVAREZ PAZ
El Nacional. Caracas, 16 de abril de 2014

"Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra”.



El dramático planteamiento fue formulado en el Senado romano. ¡Hasta cuando se iba a seguir abusando de la paciencia de Roma! En Venezuela estamos en el año dieciséis del régimen castro-comunista que nos gobierna. Me atrevo a decir que la paciencia nacional está definitivamente agotada. Aunque muchos ingenuos todavía no lo crean, el sistema agoniza. De nada valen las tácticas dilatorias que se multiplican, ni la arrogancia verbal que se mantiene, ni la feroz agresividad de una pobre Guardia Nacional antes objeto de admiración y hoy centro del desprecio de todos los sectores, cómplice de las bandas armadas en motocicletas y vehículos oficiales, con el objeto, todo ello, de detener la creciente protesta y diferir el final inevitable.

Decir que no hay miedo sería una exageración. Está sembrado en la gente. Sumada la incertidumbre sobre la naturaleza del desenlace, se liquida la posibilidad de alcanzar una paz estable. Aunque no hay guerra declarada no existe la serenidad necesaria para que la vida transcurra normalmente. El señor Maduro avanza y retrocede. Trata de disimular su responsabilidad, pero no puede. Un año ha sido más que suficiente para constatar sus enormes carencias. Ahora son mucho más notorias que antes, tanto como diputado como en la Cancillería. Lo que queda claro es la hipocresía, la arrogancia, el cinismo, la corrupción e incompetencia del alto gobierno, incluidas las cabezas de unos poderes públicos vergüenza de la nación.

Sabemos que todavía hay comodidad y molicie en ciertos espíritus. Vacilan recelosos, esperando los unos de los otros, confiando siempre en que otros resuelvan. Es bueno recordarles que cada tiempo crea sus propios monstruos, pero también ofrece las armas apropiadas para derrotarlos. Llegó la hora.

Si queremos conservar lo mucho o poco que tenemos, la vida, la libertad, el derecho de trabajar en paz, tenemos que acompañar a la juventud universitaria y a quienes progresivamente despiertan y se suman a las hermosas jornadas de protestas que han hecho recular al gobierno. Debemos entender que están en peligro tanto la libertad como la misma existencia. Cuando perdemos nuestros anhelos, dejamos el paso libre a la muerte física o espiritual.

A los compañeros de la MUD y, en general, a las cabezas de los partidos nuevos o viejos, les recordamos que con el desprecio a los amigos se fortalece a los enemigos. Estén atentos. En el mundo oficial hay cada día más incertidumbres y temores. Y con relación a los buscones exhibicionistas, basta recordarles que los halagos del adversario buscan más debilitar las fuerzas que honrar a quienes distinguen. El señor Maduro que vemos a diario, parece un náufrago sediento, delirando con el sol en la frente.

 oalvarezpaz@gmail.com