La oposición debe “caminar con los dos pies”
ALFREDO MICHELENA
Analitica. Caracas, 15 de abril de 2014
Luego dos meses de protestas continuas, el régimen tuvo que sentarse con el enemigo que quiere eliminar: la oposición. Claro, esto no fue producto de su bonhomía, sino de esas protestas conformadas por las marchas y guarimbas que han puesto al régimen en jaque.
Pero no han sido solo las protestas, pues ellas se han articulado con el creciente desprestigio del régimen y Maduro, quien es culpado por el 75% de los venezolanos de la mala la situación del país. Tanto que el 80% piensa que esto está peor que cuando Maduro asumió la presidencia. La inflación, el desempleo, los bajos sueldos y el desabastecimiento está hundiendo al régimen, aunque Ramírez haya espetado en la reunión que el modelo económico "ha sido exitoso". En últimas, la caída del precio del petróleo y la merma de la producción, frente a la devastación del aparato productivo dejan minusválido al régimen. Según el *Deutsche Bank* Venezuela necesita un precio de $121 el barril de petróleo y se está muy por debajo.
El FMI prevé una contracción económica que sobrepasará el 2015. Hay razones en los que argumentan que este modelo inviable va hacia una crisis terminal. Aunque como producto de las protestas, el régimen ya ha corrido a negociar con los empresarios para facilitar la producción y las importaciones y llenar los anaqueles de los mercados.
Las protestas estudiantiles, que comenzaron en San Cristóbal, en febrero, y prendieron todo el país se articularon a la llamada a “la calle”, de algunos partidos y grupos políticos. Al enlazarse ambas con la crisis económica se produjo una crisis general que ha erosionado las bases de sustentación del chavismo y de Maduro. Maduro está débil, por eso se sentó con la MUD, busca tiempo para evitar lo que más del 60% de la población quiere: que se vaya pronto.
Apretar el acelerador político de las protestas o esperar el desplome económico, son dos escenarios que dividen a los venezolanos. Se debate entre el tradicional trabajo político electoral o “la calle”, o entre dialogo y protesta, o entre guarimbas y manifestaciones. Llueven críticas de lado y lado. Pero son divisiones espurias: hay que caminar con los dos pies, como decía Mao. Son importantes cada uno de los polos. Es muy positivo existan estas posiciones que, aunque parezcan contradictorias, tienen mucho de complementariedad y sinergia para alcanzar un objetivo común: la vuelta a la democracia. Llegará el momento de decantar y se probarán liderazgos. Pero, ¡cuidado! el desorden nos puede llevar a otro 12-A